Madrid, capital de España
La arquitectura contemporánea de España, conservando las tradiciones históricas, tiene los rasgos que son típicos para todo país europeo. Las ciudades españolas evolucionan y agrandan su configuración, se subdividen en las áreas urbanas de viviendas, las de oficinas y áreas (o polígonos) industriales que se construyen en los alrededores. Los megapolis modernos como Madrid, Barcelona o Valencia, desarrollándose activamente, se alejan de la simplicidad de su contextura original, obteniendo un aspecto más complejo y multiforme.
Hablemos ahora en breve de la capital de España, de la ciudad de Madrid. Como ya hemos mencionado anteriormente, está situada en el centro del país, por eso puede comunicarse perfectamente con todas las provincias de España. Si hablamos de los lugares de interés, cabe mencionar el Palacio Real, la Plaza de España, la Puerta del Sol, la Plaza Mayor que se encuentran en los marcos de la ciudad, así como tales importantes centros histórico-culturales como Alcalá de Henares y El Escorial que se hallan en las afueras. No lejos de la ciudad se alza el Palacio de la Zarzuela que es la sede de los Reyes de España. Situada a orillas del río Manzanares, Madrid es una de las ciudades más jóvenes de Europa. Su historia comienza en el año 852, cuando los árabes construyeron allí una fortaleza para proteger de las tropas de los cristianos este punto estratégico ventajoso. La ciudad empezó a crecer alrededor de ella con gran rapidez. En 1082 fue reconquistada por los españoles y para unos cinco siglos se convirtió en la ciudad-satélite de Toledo, la capital de España de entonces. En 1561 el rey Felipe II se establece allí y de una ciudad de 20 mil habitantes, Madrid fue convirtiéndose en un verdadero centro del estado español adquiriendo cada día mayor importancia en la vida del país. Con el traslado de las Cortes a Madrid, ésta empezó a transformarse en una ciudad moderna y monumental con anchas avenidas y paseos de árboles, bellísimas casas grandes y palacios maravillosos, obteniendo paso a paso el lujo que debe tener una capital. Siendo el centro industrial de España, Madrid es a la vez una ciudad muy verde. En nuestros días los jardines del Parque de Buen Retiro atraen a muchísima gente y son el lugar de descanso, donde los madrileños prefieren pasar los fines de semana. En la Plaza de la Puerta del Sol se puede ver el monumento del Oso y el Madroño que son símbolos de Madrid, así como el Punto Cero que es el centro geográfico de España. En la Noche Vieja la gente se reúne allí para comer doce uvas, despidiéndose así del Año Viejo.
Hoy Madrid parece mucho a otras ciudades grandes y compite con éxito con las demás capitales como París, Nueva York o Moscú, tiene también muchas galerías de arte y la vida nocturna muy activa. Pero, como cualquier gran ciudad, de vez en cuando da motivo de quejas. El transporte urbano es caótico y durante el día, en las horas de punta, siempre hay muchos embotellamientos. Muchos habitantes, de los que viven en los suburbios, tardan bastante en llegar a las fábricas o a las oficinas por la mañana. Hay barrios que no son recomendados a los turistas para visitar por el robo de bolsos, las drogas que consumen sus habitantes u otras razones. Pero la gente española es muy optimista, creyendo que todos los problemas encontrarán un día su solución. Lo importante es ser patriota, es decir, querer su ciudad y su país, lo que hacen efectivamente todos los madrileños.
Los jóvenes de hoy
La vida de cualquier generación juvenil nunca ha sido fácil porque siempre los jóvenes han tenido que enfrentarse a la vida de adultos, sin estar debidamente formados y preparados, en muchos casos sin tener ayuda alguna por parte de las generaciones de antes. Además, hay que comprender que cada época histórica tiene sus propias particularidades que se reflejan en la vida de las personas a quienes corresponde. En el mundo globalizado y altamente competitivo de hoy, los jóvenes, con el nivel cultural, las inquietudes y preocupaciones intelectuales, las necesidades espirituales y la misión histórica que les está destinada, necesitarán por obligación un estilo de vida que sea en su mayor medida ajustado a estos requerimientos y que, claro, se diferencia considerablemente del de las generaciones anteriores. Aquí, en la mayoría de los casos, se radica lo que denominamos “el conflicto de las generaciones” o la contraposición de “los padres” y “los hijos”. La mayoría de los problemas que enfrentan los jóvenes en el mundo actual suelen tener carácter económico, porque es difícil satisfacer sus necesidades, tales como encontrar el primer trabajo, pagarse los estudios superiores, alquilar o comprarse una vivienda, etc. Además, es una época de constantes dudas y reflexionamientos, típicos para los que están teniendo todo el futuro por delante, lo que es a la vez muy bonito. Pero el lema, entre cínico y divertido: “Vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos”, en algunos casos sigue siendo la mejor característica de la actual generación juvenil, principalmente de la española contemporánea que es la primera crecida totalmente en la democracia. Entre otros rasgos típicos suyos, los sociólogos españoles destacan los siguientes:
- es una generación dotada de más recursos materiales, culturales y formativos en comparación con las demás;
- es una generación que pretende depender de sí misma, construyendo su propia vida, y hacer sus propias normas;
- es una generación que desconfía mucho de grandes proyectos y grandes ideas y que quiere que día a día las cosas sean reales;
- es una generación que cree muy poco en la política y en los políticos, considerando que la política, al menos la nacional, no solucionará sus problemas;
- es una generación muy presentista, porque los jóvenes piensan ante todo en el presente, también son mucho más tolerantes con el diferente que los adultos.
Las mayores preocupaciones que tienen los jóvenes españoles de hoy son: el paro, la droga, el sida, la falta de futuro, el terrorismo, el racismo y la creciente pobreza. Entre los aspectos de vida más importantes y valiosos, colocados en orden, se destacan el amor y la amistad. Los sigue la salud porque sin salud, por supuesto, no se podrá hacer nada. Entre otras cosas que se valoran, figuran también la familia, la religión, el trabajo y, por último, el dinero que siempre ayuda. Como ya se ha mencionado, en su mayoría los jóvenes españoles de hoy son personas tolerantes y no tienen prejuicios con respecto a la gente de otro color, religión o ideología, pronunciándose contra las acciones extremistas dirigidas contra los extranjeros o los de otra religión. En cuanto al machismo o feminismo, aunque la sociedad de hoy, por lo menos la española, es bastante machista, los jóvenes son más indiferentes con respecto a ello. Previendo su futuro, esperan que sean casados y tengan muchos hijos. No aspiran a estar en lo más alto, pero anhelan obtener un puesto en la vida que les permita ser feliz y vivir una vida desahogada con su familia. En cuanto al servicio militar, piensan que el servicio militar profesional podrá resolver el problema, aunque hay algunos que consideran la mili como una buena escuela para la futura vida. Creo que sus coetáneos rusos encontrarían entre estas ideas bastantes puntos de coincidencia.
Si hablamos más detalladamente de los problemas de los jóvenes del mundo contemporáneo, son iguales para todos o, al menos, muy parecidos. Uno de ellos está relacionado con el deseo de los jóvenes de vivir solos, o sea, independientemente de sus padres. Pero, como los pisos de alquiler o en venta son muy caros, casi siempre tienen que seguir vivendo con los suyos hasta una edad bastante avanzada, a no ser que vayan a estudiar a otra ciudad u otro país, pero en este último caso tampoco dejan de depender de sus padres. Otro problema es el de las drogas blandas (o hachis). La preocupación de los españoles por el consumo de las drogas ha crecido considerablemente en los últimos años, convirtiéndose en el segundo problema más importante del país, tras el paro y adelantando el terrorismo. En España, a pesar de su masivo consumo (unos 30% de la población), estas drogas están prohibidas, pero las autoridades en muchos casos se muestran bastante permisivas al respecto. Otro problema es el paro y el empleo. Es muy difícil conseguir un empleo que te permita ser algo en la vida a no ser que hayas hecho la carrera respectiva en la Universidad. Y el haberla hecho tampoco significa que vayas a conseguir con facilidad el puesto de tus sueños. Es otra de las razones por las cuales la gente joven no se va a buscar su propia casa, quedándose con los padres, antes de encontrar un empleo seguro que les permita comprar o alquilar alguna.
Entonces, las preocupaciones expresadas por los españoles siguen ampliando la tendencia bien pronunciada de los últimos años de situar el paro y las drogas como principales problemas y distanciándose del terrorismo, poniéndolo al tercer lugar.