Su Majestad el Rey Don Juan Carlos
Su Majestad el Rey nació el 5 de enero de 1938 en Roma, donde residía la Familia Real, que había tenido que abandonar España al proclamarse la República en 1931. Por expreso deseo de su padre, su formación fundamental se desarrolló en España. En 1954 terminó el Bachillerato en el Instituto San Isidro, de Madrid, y desde 1955 estudió en las Academias y Escuelas Militares de los tres Ejércitos, donde adquirió el grado de Oficial. En 1960-61 completó su formación en la Universidad Complutense de Madrid, donde cursó estudios de Derecho Político e Internacional, Economía y Hacienda Pública.
El 14 de mayo de 1962 contrajo matrimonio en Atenas con S.A.R. la Princesa Sofía de Grecia, primogénita de SS.MM. los Reyes Pablo I y Federica. Tras su viaje de bodas, los Príncipes comenzaron a vivir en el Palacio de la Zarzuela, en los alrededores de Madrid, que sigue siendo hoy su residencia. En 1963 nació la primera de sus tres hijos, S.A.R. la Infanta Doña Elena, dos años más tarde S.A.R. la Infanta Doña Cristina y en 1968 S.A.R. el Príncipe Don Felipe.
Designado sucesor a la Jefatura del Estado en 1969, comenzó una etapa de actividades oficiales, viajes por España y visitas a países extranjeros. Tras la muerte del anterior Jefe del Estado, Francisco Franco, Don Juan Carlos fue proclamado Rey el 22 de noviembre de 1975, y pronunció en las Cortes su primer mensaje a la nación, en el que expresó las ideas básicas de su reinado: restablecer la democracia y ser el Rey de todos los españoles, sin excepción.
La transición a la democracia, pilotada por un nuevo equipo, comenzó con la Ley de Reforma Política en 1976. En 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas desde 1936, y el nuevo Parlamento elaboró el texto de la actual Constitución, aprobada por referéndum el 6 de diciembre de 1978.
A lo largo de su reinado ha visitado oficialmente la práctica totalidad de los países del mundo y los principales organismos internacionales, tanto de carácter universal como regional. S.M. el Rey ha impulsado un nuevo estilo en las relaciones iberoamericanas, subrayando las señas de identidad propias de una comunidad cultural que se basa en una lengua común y señalando la necesidad de alumbrar iniciativas conjuntas y participar en fórmulas adecuadas de cooperación. Esta es la razón de ser de las Cumbres Iberoamericanas, cuya primera sesión tuvo lugar en Guadalajara, México, en 1991.
Su perfil europeísta y su papel en el restablecimiento de la democracia en España han sido reconocidos a través de numerosos Premios Internacionales. Atento siempre al mundo intelectual y a su capacidad de innovación, Don Juan Carlos ejerce el Alto Patronazgo de las Reales Academias y mantiene una relación con los ámbitos culturales y en particular con la Universidad. Ha sido investido Doctor Honoris Causa por una treintena de prestigiosas universidades españolas y extranjeras. La lengua castellana, patrimonio de la comunidad de hispanohablantes, y su prometedor futuro en el mundo actual son temas que merecen especialmente su atención. A través de las diversas Fundaciones de las que es Presidente de Honor apoya personalmente la creación y desarrollo de nuevas tecnologías en España, y alienta numerosas iniciativas en las áreas de la economía y la empresa, la investigación, los avances sociales y el desarrollo solidario de la convivencia española en sus más variadas manifestaciones.
La Constitución establece que corresponde al Rey el mando supremo de las Fuerzas Armadas. En el ejercicio de su función, Su Majestad se reúne una vez al año con los tres Ejércitos en la fiesta de la Pascua Militar, preside la entrega de despachos y diplomas en las Academias y Escuelas Superiores Militares, visita numerosas unidades y asiste a sus maniobras y ejercicios.
Asiduo practicante de varios deportes, sobre todo el esquí y la vela, Don Juan Carlos apoya la práctica deportiva como escuela de formación de indudable valor social. La presencia de los Reyes y la Familia Real y su estímulo a los equipos olímpicos españoles es constante y tuvo especial relieve durante los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992.