Ella rió en voz baja. «Ya ni siquiera me acuerdo de los monicongos», dijo. El coronel trató de verla a través del mosquitero.
Iquest;Cuándo fuiste al cine por última vez?
En 1931 - dijo ella -. Daban «La voluntad del muerto».
Iquest;Hubo puños?
No se supo nunca. El aguacero se desgajó cuando el fantasma trataba de robarle el collar a la muchacha.
Los durmió el rumor de la lluvia. El coronel sintió un ligero malestar en los intestinos. Pero no se alarmó. Estaba a punto de sobrevivir a un nuevo octubre. Se envolvió en una manta de lana y por un momento percibió la pedregosa respiración de la mujer -remota- navegando en otro sueño. Entonces habló, perfectamente consciente.
La mujer despertó (проснулась).
-¿Con quién hablas?
-Con nadie - dijo el coronel -. Estaba pensando que en la reunión de Macondo (думаю, что на встрече в Макондо) tuvimos razón cuando le dijimos (были правы когда сказазали) al coronel Aureliano Buendía que no se rindiera (чтобы не сдавался). Eso fue lo que echó a perder el mundo (это было то из-за чего потеряли мир).
Llovió toda la semana (всю неделю). El dos de noviembre - contra la voluntad (против воли) del coronel -, la mujer llevó flores a la tumba de Agustín (отнесла цветы на могилу). Volvió del cementerio con una nueva crisis (вернулась с кладбища с новым приступом). Fue una semana dura (была трудная неделя). Más dura que las cuatro semanas de octubre a las cuales el coronel no creyó sobrevivir (которые полковник не думал пережить). El médico estuvo a ver a la enferma (пришел проведать больную) y salió de la pieza gritando (вышел из комнаты крича): «Con un asma como ésa yo estaría preparado para enterrar a todo el pueblo» (я бы готовился похоронить всю деревню). Pero habló a solas con el coronel (наедине) y prescribió un régimen especial (предписал специальный режим).
También el coronel sufrió una recaída (помучился от рецидива). Agonizó muchas horas en el excusado (в туалете), sudando hielo (потея холодным потом; hielo - лед), sintiendo que se pudría (чувствуя как гниет) y se caía a pedazos la flora de sus vísceras (и опадает кусками растительность его внутренностей). «Es el invierno (зима)», se repitió sin desesperarse (повторял не отчаиваясь). «Todo será distinto cuando acabe de llover (все будет иначе когда прекратится дождь).» Y lo creyó realmente (в это действительно верил), seguro de estar vivo en el momento en que llegara la carta (уверенный что будет живой в момент когда придет письмо).
A él le correspondió esta vez remendar la economía doméstica (в этот раз к нему относилась = входило в его обязанности «починка» домашней экономики). Tuvo que apretar los dientes muchas veces (должен был сжать зубы много раз) para solicitar crédito en las tiendas vecinas (чтобы просить кредита в соседних лавках). «Es hasta la semana entrante» (это до следующей недели; entrar - входить), decía, sin estar seguro él mismo de que era cierto (не будучи уверен сам что это верно). «Es una platita que ha debido llegarme desde el viernes (кое-какие деньги должны прийти мне в пятницу).» Cuando surgió de la crisis la mujer (оправилась) lo reconoció con estupor (его осмотрела с ужасом).
-Estás en el hueso pelado (кожа да кости = голые кости; pelado - голый) - dijo.
-Me estoy cuidando para venderme (забочусь о себе, чтобы продать себя) - dijo el coronel -. Ya estoy encargado por una fábrica de clarinetes (меня наняла фабрика кларнетов).
La mujer despertó.
Iquest;Con quién hablas?
Con nadie - dijo el coronel -. Estaba pensando que en la reunión de Macondo tuvimos razón cuando le dijimos al coronel Aureliano Buendía que no se rindiera. Eso fue lo que echó a perder el mundo.
Llovió toda la semana. El dos de noviembre -contra la voluntad del coronel -, la mujer llevó flores a la tumba de Agustín. Volvió del cementerio con una nueva crisis. Fue una semana dura. Más dura que las cuatro semanas de octubre a las cuales el coronel no creyó sobrevivir. El médico estuvo a ver a la enferma y salió de la pieza gritando: «Con un asma como ésa yo estaría preparado para enterrar a todo el pueblo». Pero habló a solas con el coronel y prescribió un régimen especial.
También el coronel sufrió una recaída. Agonizó muchas horas en el excusado, sudando hielo, sintiendo que se pudría y se caía a pedazos la flora de sus vísceras. «Es el invierno», se repitió sin desesperarse. «Todo será distinto cuando acabe de llover.» Y lo creyó realmente, seguro de estar vivo en el momento en que llegara la carta.
A él le correspondió esta vez remendar la economía doméstica. Tuvo que apretar los dientes muchas veces para solicitar crédito en las tiendas vecinas. «Es hasta la semana entrante», decía, sin estar seguro él mismo de que era cierto. «Es una platita que ha debido llegarme desde el viernes.» Cuando surgió de la crisis la mujer lo reconoció con estupor.